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Los 7 errores más comunes cuando preparas zumo de naranja

El zumo de naranja es una de las bebidas más populares en los hogares. No puede faltar en un buen desayuno o merienda pero, ¿lo preparamos de la manera correcta? En este post te desglosamos los errores más habituales al preparar zumo de naranja.

El zumo de naranja es un habitual en la gran mayoría de hogares, pero ¿lo estás preparando de la manera correcta? En este post analizamos los errores más comunes para que aproveches al máximo de todas las propiedades de este fantástico zumo.

1. No saber la variedad de naranja que tiene mayor cantidad de zumo

Son muchos los tipos de naranjas que nos da el campo durante la temporada (de noviembre a junio), pero cada variedad llega en meses distintos. Y aunque, con todas las variedades se pueda hacer zumo, algunas tienen mayor proporción de zumo que de fibra. Este es el ejemplo de la Navel Lane Late, una variedad con mucho zumo y excelente sabor.

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2. Tomar más de la cuenta

Cuando hacemos zumo, separamos el zumo de la pulpa y como consecuencia, los azúcares que estaban unidos a la fibra se liberan. Estos azúcares libres pueden perjudicar a la salud, si se abusa de ellos, por lo que los médicos aconsejan un vaso (máximo dos) de zumo al día. Y además, es aconsejable añadir un poco de la pulpa que se queda en el exprimidor, así ingeriremos algo más de fibra y le estaremos dando un extra de vitamina C.

3. Tardar bastante en tomarlo

Tal y como decían las abuelas, el mejor momento para tomar el zumo es nada más hacerlo. Pero no es porque la vitamina C se pierda, (existen estudios que comprueban que esta vitamina se conserva hasta horas después de haberlo hecho) sino porque el contacto con el oxígeno hace que pierda cualidades, el zumo acaba amargando y se pierde su acción antioxidante.

4. Utilizar naranjas que han pasado por cámaras frigoríficas

La mayoría de tiendas de gran consumo se provisionan de mayoristas agrícolas que gestionan grandes cantidades de frutas y verduras. Para mantenerlas “frescas” las almacenan en cámaras frigoríficas y las tratan con ceras y productos químicos fungicidas, que mantienen la fruta y verdura durante largos periodos de tiempo. Esto genera un gran impacto a los alimentos, que aunque parezcan frescos, han perdido propiedades tanto alimentarias como organolépticas.

En este caso, las naranjas refrigeradas, darán menor cantidad de zumo además de repercutir en su sabor y propiedades.

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5. Tomarlo con el estómago vacío

Para algunas personas, los médicos no recomiendan tomar el zumo en ayunas ya que la acidez de la naranja puede provocar reflujo y acidez estomacal. Para otras personas, en cambio, el zumo en ayunas es una excelente opción. Una buena alternativa, es consumir el zumo a media mañana o a media tarde acompañándolo de otros alimentos.

6. Exprimir las naranjas con el exprimidor incorrecto

El exprimidor correcto será el que se adecue a tus necesidades. Desde el tradicional manual, hasta exprimidores con dos cabezales que permiten exprimir dos naranjas a la vez. También se puede optar por la licuadora que permitirá introducir más frutas y aprovecharlas más a fondo.

7. Conservarlo de la manera inadecuada

Lo ideal, como hemos dicho antes, es tomar el zumo de inmediato. Si esto no es posible, debe guardarse en el frigorífico máximo dos días y en una botella o recipiente oscuro para apartarlo de la luz y evitar la rápida oxidación.

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